El Gobierno intervendrá los registros automotores del país
A través de una presentación ante el secretario de Justicia, se dio por comenzado el proceso de manera formal este viernes.
La Administración nacional puso en macha en el día de ayer un proceso formal de intervención a los Registros Automotores de todo el país, bajo la dirección del viceministro de Justicia, Sebastián Amerio. La presentación formal de esta iniciativa se llevó a cabo mediante una nota dirigida al secretario de Justicia y firmada por Carlos Medina, subsecretario de Asuntos Registrales del Ministerio de Justicia.
Con un total de 1557 registros de la propiedad automotor, la medida apunta a revocar las intervenciones vigentes o nombrar nuevos interventores en más de un centenar de registros. Este movimiento no solo responde a una necesidad de reorganización administrativa, sino que también busca abordar las críticas recurrentes al sistema registral, catalogado como burocrático, poco eficiente, costoso y políticamente vinculado.
El cuestionamiento central radica en la designación discrecional de los titulares de los registros, muchos de los cuales están vinculados directa o indirectamente con la clase política. Este tema ha sido un punto de enfoque en la campaña electoral de La Libertad Avanza, liderada por Javier Milei, quien ha expresado su intención de cerrar los registros automotores como parte de la reorganización gubernamental.
Sin embargo, más allá de las críticas políticas, los registros automotores enfrentan desafíos inherentes a su funcionamiento y costos. Con un promedio de 150 trámites por mes por cada oficina, el sistema registral depende de la Dirección Nacional de Registro Automotor (DNRPA) y ha sido objeto de críticas por su exceso de burocracia y costos.
En términos financieros, estos trámites representan aproximadamente el 6% del valor del vehículo, un aspecto que ha generado recurrentes quejas entre los usuarios desde hace varios años. El proceso de transferencia de autos, ya sea nacionales o importados, está sujeto a aranceles y sellos, cuya variabilidad y complejidad se destacan como puntos de mejora. Además, la presencialidad requerida en múltiples formularios ha sido objeto de críticas, contrastando con sistemas más simplificados en otros países.
