Gimnasia y Estudiantes igualaron en un clásico con muchas llegadas y una gran polémica

El clásico platense fue perdiendo audacia y encontrando, con el correr de los minutos, más piernas fuerte, manotazos y guapos de boquilla. Terminó siendo uno de los que se suele ver: cerrado, con jugadas muy puntuales y que pudieron torcer el rumbo para cualquiera de los dos equipos. Gimnasia dirá que debió haberlo ganado de no ser por esa posición adelantada muy pero muy polémica que el VAR le cobró a Mammini cuando el Lobo ya festejaba el 1-0. Y Estudiantes, a su vez, se aferrará a que tuvo las chances más claras e hizo figura a Insfrán. Ambos estarán en lo cierto.

A los 16’ minutos del primer tiempo, el Lobo tuvo su chance más clara. Desde los pies de Abaldo, con espacios durante todo el partido por el flojo nivel de Benedetti, partió un pase a las espaldas del lateral y de Romero. Mammini terminó definiendo bárbaro, cruzado, pero se lo anularon. Hasta ese momento, Gimnasia había iniciado con mayor intensidad que Estudiantes. Ganaba las segundas pelotas y encontraban huecos en la línea media.

El Pincha no hacía pie y era un equipo muy largo. Pero se fue acomodando tras el gol anulado. Empezó a recuperar y a salir rápido para sus delanteros Méndez y Correa. Este último convivió durante todo el clásico con buenos movimientos y falta de eficacia, producto especialmente de Insfrán. Muy rápido para chicar y seguro frente a remates de media distancia, el uno de Gimnasia fue clave para aguantar el cero. También, claro, lo ayudaron los rivales. En otra clarísima, ya en el ST, Méndez conectó solo un cabezazo al borde del área chica y le pifió al arco.

 El offside que le cobraron a Gimnasia contra Estudiantes.

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Con el correr de los minutos, los dos equipos se fueron encariñando con el empate. Los ataques ya no fueron tan abiertos y empezaron a darse duro. Benjamín coqueteó con la roja cuando metió un patadón ya estando amonestado, Morales lo pecheó al colombiano Cetré y dentro del área hubo empujones entre Federico Fernández y Felipe Sánchez. A todo esto, terminado el clásico también hubo encontronazos y los técnicos debieron separar a sus jugadores.

Quedó la sensación, a pesar del destaque de su arquero, que el partido se jugó más como quiso Gimnasia. No hubo ataque por ataque y Estudiantes no pudo imponer ese ritmo vertiginoso y muy ancho que sobre todo muestra de local. Quizá la poca relevancia que tuvo Sosa, por quien casi nunca pasó la pelota, atentó contra el protagonismo Pincha, que consistió de espasmos péro sin tener esa regularidad que generara sensación cierte de que pudiera ganar el clásico.

Terminó siendo un empate sin goles que a ambos equipos les genera tranquilidad. Estudiantes no pudo llegar a lo más alto de la Zona B, pero se mantiene entre los primeros cuatro. Y Gimnasia, en otra lucha, sigue sumando puntos valiosos que a fin de temporada pueden ser clave. Por eso se fue aplaudido por sus hinchas luego del 0-0.