Científicos desarrollaron un tratamiento contra el cáncer de piel

Sin categoría 09/07/2019

En la Universidad Nacional de Quilmes (UNQ) un equipo de científicos desarrolló un nanosistema (un modo mínimamente invasivo para suministrar fármacos a un lugar determinado del cuerpo) que mejorará los tratamientos contra el cáncer de piel en los tipos conocidos como Leishmaniasis y carcinoma basal.

El primero de ellos golpea duro en el Norte argentino. Esta enfermedad parasitaria provoca úlceras en la piel y puede ser mortal. Cuando se la detecta, el único tratamiento es el mismo que se usa desde 1912, con serios efectos secundarios, a tal punto que a veces hay que interrumpirlo. El otro es el tipo más común de cáncer de piel y, según datos difundidos por el Conicet, provoca unas 80 mil muertes por año en el mundo.

“El principal problema al tratar estas patologías es que las drogas son muy fuertes y están diseñadas para atacar al cuerpo de manera sistemática, por lo tanto los pacientes se debilitan”, explicó Jorge Montanari, uno de los investigadores de la UNQ. Así, los efectos secundarios suelen ser nauseas, vómitos, y una baja en las defensas que en muchos casos, incluso impediría continuar con el tratamiento.

El nuevo sistema, en cambio, permite transportar el fármaco hacia la zona exacta donde se encuentra el problema. Por caso, a través de la espectroscopía -indicó Fernando Alvira, que trabaja junto a Montanari-, se detecta con precisión el área de un tumor. “El nanosistema utiliza 2500 veces menos droga y por lo tanto podría tener también un impacto en el costo, porque hoy en día esos tratamientos salen alrededor de 500 mil pesos por mes”, indicó.

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PROCESO

Entre becarios e investigadores adjuntos del Conicet trabajan, en total, 18 científicos. Silvia Alonso, directora del departamento de Ciencia y Tecnología de la Universidad, detalló cómo se estructuran proyectos como este.

El inicio es la etapa in vitro, en la que se trabaja con tubos de ensayo y otros “frascos”. La segunda etapa se denomina pre clínica o in vivo: comienza a involucrar el testeo con animales vivos. Por último, se realizan las pruebas clínicas. Este es el paso más complejo, porque para concretarlo es necesario involucrarse con instituciones o empresas que hagan aportes económicos.

EQUIPOS

En el laboratorio, la tarea continúa con otras líneas de investigación dentro de la misma mesa de trabajo. Nadia Chiaramoni, dedicada a las enfermedades pulmonares, destacó que “todo el trabajo es colaborativo, somos muchos acá y también nos movemos en conjunto con científicos de Brasil. La clave es vincularse con gente que tenga tecnología de punta”.

En un acuario de peces cebra, Carolina Martínez hace pruebas correspondientes a una fase pre clínica. “Tenemos el acuario a disposición. Se usa mucho porque permite un monitoreo muy rápido Lo empleamos para probar los nanosistemas in vivo antes de trabajar en otros animales como ratas, ratones o conejos”, describió.

DEDICACIÓN

“No tenemos horario. Le dedicamos la vida a cada prueba”, coincidieron todos. También en la difícil situación que está atravesando toda la ciencia argentina y que “cada vez se complica más llegar a fin de mes”. Con fervor y orgullo recordaron las noches que, por esperar el resultado de un experimento, se quedaron a dormir en el laboratorio, entre el frio y el silencio.

En todo también están los becarios que trabajan a la par del grupo de investigación. Y tienen claro que la prueba y error es un mecanismo frecuente. “Hay que saber reconocer los errores y eso es fundamental -remarcó Montanari-. Que entiendan que es tan importante conocer el método que funciona como el que no”.